HOMBRE-MANIQUIE-CADAVER
¿No os habéis fijado como sin darnos cuenta nos convertimos en maniquíes?

Ala, con la pájara.
Es un paso muy sutil, sin prisas. Pasamos de tener algo dentro de nosotros a dejarlo aparcado. Pueden ser muchas las circunstancias que nos convertían en seres fríos, lisos, sin defectos ni preocupaciones. Cuando la rutina nos coge de los huevos o las circunstancias superan nuestras fuerzas.
Hacemos un poco como Walt Disney no? Nos congelamos con el sueño de poder revivir cuando sea el momento. El problema es que cuando nos convertimos en maniquíes, solo nos queda la muerte para poder revivir.
No hay marcha atrás.
Primero mueres para sentirte derrotado y con fuerzas para buscar algo nuevo. Claro que todo esto depende de muchos factores como el orgullo, la sinceridad, el respeto, la humildad,… Sin duda el paso a ser unos seres completamente inhumanos en algunos momentos puede ser necesario. Pero eso te enseña que algo no has hecho bien. Lo que te lleva a ser cadáver para siempre o poder revivir es saber que has hecho mal.
Que dices, ¿y todo esto para qué? Pos la verdad para nada. Para reivindicar la personalidad, sueños e ilusiones de todos aquellos, que como yo ahora, se ven forzados a ser unos maniquíes.

Ala, con la pájara.
Firmado: un maniqui más.